La conducta violenta no surge
de la nada porque son varios los factores que están detrás de ella y podríamos
decir que es algo complejo, una mezcla de varios factores unidos para que una
persona reaccione de forma tan inadecuada.
2. Un estado emocional de ira:
esta emoción aparece con facilidad si existe una actitud hostil y pensamientos
de situaciones negativas que nada tienen que ver con la relación, es decir,
problemas en el trabajo o dificultades económicas. Todo ello provoca una ira
insana que surge de forma descontrolada y suele estar acompañada de actitudes
hostiles que dan lugar a comportamientos violentos, contribuyendo a deteriorar
la relación con la pareja.
5. Percepción de vulnerabilidad de
la víctima: un hombre irritado puede descargar su ira en otra persona pero
suele hacerlo en aquella que percibe como más vulnerable, sin capacidad para
responderle y lo hace en un entorno donde es fácil ocultar lo ocurrido, en el
hogar.
En la conducta violenta intervienen los
siguientes componentes:
1. Una actitud de hostilidad: la
hostilidad deriva de las actitudes y sentimientos negativos, como pueden ser la
maldad o la venganza, que aparecen porque el agresor evalúa de forma negativa
todo lo que hace su pareja y esto le genera un impulso a hacerle daño.
2. Un estado emocional de ira:
esta emoción aparece con facilidad si existe una actitud hostil y pensamientos
de situaciones negativas que nada tienen que ver con la relación, es decir,
problemas en el trabajo o dificultades económicas. Todo ello provoca una ira
insana que surge de forma descontrolada y suele estar acompañada de actitudes
hostiles que dan lugar a comportamientos violentos, contribuyendo a deteriorar
la relación con la pareja.
3. Factores precipitantes
directos: el consumo abusivo de alcohol y/o drogas unido a las pequeñas
frustraciones que puede encontrar en su vida de pareja, es la mezcla perfecta
para que aparezcan las conductas violentas.
4. Un repertorio pobre de
conductas y trastornos de personalidad: hay personas que carecen de habilidades
para comunicarse con los demás y
resolver sus problemas de forma adecuada. Esto se puede complicar si además
existen alteraciones de la personalidad como los celos, la desconfianza, baja
autoestima, falta de empatía o necesidad extrema de estimación.
5. Percepción de vulnerabilidad de
la víctima: un hombre irritado puede descargar su ira en otra persona pero
suele hacerlo en aquella que percibe como más vulnerable, sin capacidad para
responderle y lo hace en un entorno donde es fácil ocultar lo ocurrido, en el
hogar.
6. El reforzamiento de las
conductas violentas previas: las conductas violentas que el hombre emplea con
la mujer han sido puestas en marcha con anterioridad y seguro que le han
servido para conseguir lo que desea. Esto unido a la sumisión que presenta la
mujer en estas situaciones, crea la combinación perfecta para seguir usando la
violencia como un método efectivo y rápido para conseguir lo deseado.
¿Habías imaginado todo lo que
hay detrás de la conducta violenta? Seguro que no esperabas tantos factores
pero esto nos ayudará a entender mejor estos comportamientos y nos facilitará
buscar soluciones adecuadas para eliminarlos y prevenirlos.
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